ENTRE LA HABANA Y LA PARED

Como lo mencionó Mahatma Gandhi, premio Nobel de Paz en ese 1983: "No hay camino para la paz, la paz es el camino". Este es un proceso donde como colombianos debemos caminar juntos..."
Mientras en la habana cuba se llevan a cabo los diálogos de paz entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las FARC, diálogos que tuvieron lugar en Oslo y en la actualidad se desarrollan en Cuba desde el 18 de octubre del año 2012 cuando iniciaron de manera formal, han sido muchas las especulaciones sobre los resultados que tendrá todo esto, que le cuesta al estado gran parte de sus erarios y que deja en entre dicho muchas cosas.
Informes de prensa, estados en las redes sociales, rumores, encuestan donde se muestran datos como que menos de la mitad de los colombianos respalda una solución negociada del conflicto, mientras más de la mitad prefiere una solución militar, entre otras cosas, ponen en tela de juicio un proceso que llevaría a nuestro país acabar con una guerra que ha dejado un sin número de muertos y otro de secuestrados.
Aunque en los últimos años ha habido tantos diálogos fallidos, y tantos sueños perdidos, que la gente se ha vuelto desconfiada, Algo a resaltar de todo esto, llamado por algunos, teatro, es la intensión de las partes de sentarse y conciliar, mientras los colombianos esperan resultados que terminen con los más de 50 años de guerra al que ha estado sometido nuestro país.
Todo esto es sin duda el avance más importante que se ha tenido desde el famoso hecho de la Silla Vacía durante es el mandato del presidente Pastrana en el Caguan, pero aún falta. Esto sólo queda en intentos fallidos, horas de charlas, acuerdos, mientras en cada uno de los hogares de un país donde se han convertido en algo común las noticias negativas de soldados mutilados, niños asesinados y extorciones a diestra y siniestra, no se toman las medidas necesarias y poner en práctica ya la frase muy mencionada de que la paz empieza por casa.
Independientemente del resultado que generen estos diálogos, hay algo cierto, y me remonto a la frase ya trillada de que la paz comienza en casa, porque si se siguen presentando cifras como en el 2012, la cual mostró que 47.620 mujeres fueron agredidas por su pareja o expareja y datos entregados tanto por la UNICEF como La Organización Mundial de la Salud (OMS) donde se estiman que 40 millones de niños y niñas menores de 15 años son víctimas de malos tratos y abandono y requieren atención sanitaria y social, nos deben poner a pensar sobre lo que estamos haciendo con familia y si como ciudadanos somos capaces de afrontar la gran responsabilidad que trae consigo la paz.
Porque no podemos seguir creyendo que la responsabilidad de la paz sólo recae sobre los diferentes actores que se encuentran en la Habana, como tampoco creer que como vivimos en el país del sagrado corazón todo no se nos permite, apenas en lo que va corrido del año han sido más los maltratos a niños en sus mismos hogares que las acciones para contrarrestar esta falta, lo cual nos indica que todo no podemos dejarlo en manos de nuestro dirigentes y de que es hora de tomar medidas desde nuestros propios hogares.
Como lo mencionó Mahatma Gandhi, premio Nobel de Paz en ese 1983: "No hay camino para la paz, la paz es el camino". Este es un proceso donde como colombianos debemos caminar juntos, poniendo como base fundamental para la consecución de tan anhelada paz la familia, eje fundamental para la restitución de cualquier sociedad.
Olvidémonos de que la paz está en la Habana, quitémonos la idea de que estamos entre la Habana y la pared.