El sistema tributario colombiano.

El 1% de los más ricos percibe el 21% del ingreso nacional y es dueño del 40% de la riqueza."
Si hay un asunto de gran relevancia para un Estado y su economía, es el tributario, el cual, dependiendo a su configuración es determinante en el desarrollo de un país.
En Colombia, nuestro sistema tributario ha sido y es objeto de permanente debate, en círculos académicos, movimientos políticos, organizaciones gremiales, Instituciones del Estado y por estos días en la campaña presidencial, de la cual entre los candidatos existen marcadas diferencias en las visiones sobre el asunto.
Si hay algo en que todos están de acuerdo es que se requiere reformarlo, la diferencia está en que tipo de reforma. Por lo que en estas líneas me propongo escribir unas pinceladas sobre algunos de sus problemas.
Lo primero que hay que decir es que Colombia, que acaba de ser admitida en la OCDE, se distancia de los otros países miembros en lo que respecta a los asuntos tributarios. Empezando porque tiene bajo nivel de recaudo, que según el informe Estadísticas Tributarias en América Latina y el Caribe 2018, presentado por la OCDE, se tiene ingresos por impuestos de 19,8% del PIB cuando el promedio de los países de dicha organización es de 34,4%.
Las causan de esta dificultad son diversas, entre las que están la evasión, las múltiples exenciones y una administración tributaria muy débil. En cuanto a la primera, según el economista y ex director de la DIAN Juan Ricardo Ortega, es el 0,01% más adinerado quienes más evaden, representando por lo menos un 4% del PIB, mal contados 30 billones de pesos. En sus palabras, "lo que para ellos representa apenas un apartamento menos en Madrid o el mantenimiento de los treinta caballos en el club o el yate para la parranda en los festivos, equivale al costo de la educación pública para más de dos millones de niños"
Es conocido el caso de los paraísos fiscales, que han quedado en evidencia con escándalos como el de Mossack Fonseca o los Panamá Papers, dejando ver como muchas sociedades y personas naturales colombianas tienen sus capitales escondidos para no tributar. Esto en cifras del economista y exdirector de la DIAN Juan Ricardo Ortega, volviendo a citarlo por ser una autoridad en el tema y quien se ha atrevido a hablar del asunto, los colombianos tienen 100 millones de dólares en otras jurisdicciones, que no tributan en el país, por lo tanto, el fisco colombiano deja de recibir unos 6 mil millones de dólares, que representan aproximadamente 18 billones de pesos cuyo recaudo harían innecesaria una reforma tributaria.
Otra de las causas del bajo recaudo son las múltiples exenciones que existen, que según el Marco Fiscal de Mediano Plazo del Ministerio de Hacienda, le costaron al país en 2016 cerca de 70 billones de pesos. Recordemos que la llamada Comisión de expertos para la Equidad y Competitividad Tributaria en su informe, concluyó que dichas exenciones eran abultadas e inequitativa y recomendó eliminarlas, pero el gobierno no atendió y las mantuvo en la ley 1819 de 2016.
Según Horacio Ayala, tributarista y también exdirector de la DIAN, la ventaja no es precisamente para los de menores ingresos. Ténganse en cuenta los contratos de estabilidad tributaria, tarifas diferenciales a zonas francas, cultivos de mediano y tardío rendimiento, entre otros, son los grandes beneficiarios.
Por todo esto es un mito la idea que en Colombia tenemos altas tasas de impuesto. Hay que aclarar que una cosa es la tarifa nominal de los impuestos y otra la que efectivamente se paga. En Colombia tenemos tasas nominales sumando las de renta, su sobretasa y la riqueza de un 40%, lo que parece elevado, y ha sido caballo de batalla de un candidato presidencial quien propone bajarle impuestos a las compañías, pero no se habla de la tasa efectiva que es lo que al final se termina pagando. Según el trabajo de Hernán Rincón y Martha Delgado del Banco de la República, titulado ¿Cuánto tributan efectivamente el consumo, el trabajo, y el capital en Colombia? durante el periodo de estudio de 1994-2016 la tasa efectiva de tributación del capital es del 17%.
Esta diferencia entre la tasa de ley y la efectiva, surgen por los cuantiosos ingresos de capital y del trabajo que no pagan impuestos, por cuenta de los distintos beneficios tributarios. Aclarando que según este informe el trabajo aporta más que el capital.
Otro gran problema de nuestro sistema tributario es la falta de progresividad y equidad. Para seguir comparándonos con el club de las buenas practicas, según el Analista Mauricio Cabrera, no son progresivos los impuestos en Colombia "porque la única tarifa progresiva es la de renta de personas naturales, pero estas solo contribuyen con el 5% del total de los impuestos recaudados, mientras que en los países de la OCDE representan el 75% del impuesto de renta". Aquí gravamos más la producción que la riqueza.
A esto hay que sumarle su efecto nulo en la redistribución del ingreso, llevando a mantener las altas desigualdades existentes en la sociedad colombiana. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL, en su informe titulado El Ingreso y su distribución en Colombia 2017, mientras en los países de la OCDE el índice de Gini antes y después de impuestos y transferencias cae de 0.47 a 0.30, un 26% en Colombia permanece estático en 0.51%.
Por último, recordemos que la tendencia de los últimos años ha sido aumentar la tributación indirecta. Salomón Kalmanoviz, ex director de la Junta Directiva del Banco de la República y actual miembro de la Academia de Ciencias Económicas, afirma que los impuestos al consumo, que tienden a ser regresivos, representan la mayoría del recaudo. La progresividad del impuesto a la renta ha sido socavada por exenciones generosas que benefician fundamentalmente a los más ricos y aumentan las oportunidades de evasión tributaria. Mientras los impuestos indirectos (IVA, gasolina y arancel) alcanzan 7,7% del PIB y castigan los ingresos de todos, el impuesto a la renta sólo alcanza 4,8% del PIB (3,8% las empresas y 1% las personas). El 1% de los más ricos percibe el 21% del ingreso nacional y es dueño del 40% de la riqueza.
Con todo lo anterior, concluimos que tenemos un sistema tributario mal diseñado, con un muy bajo recaudo, que premia la evasión, que la realizan mayoritariamente los más ricos; como dijo el Economista Amylkar Acosta: "se asemeja a un queso gruyere debido a sus perforaciones por cuenta de las exenciones, y que no redistribuye la riqueza, sino que acentúa su concentración, lo que nos ha llevado a tener el tercer lugar de los países más desiguales del mundo y una economía tercermundista."