CONDICIÓN NECESARIA, PERO NO SUFICIENTE
Aumentar los recursos para la vigencia 2019 es condición necesaria pero no suficiente para solucionar el problema de la educación superior en Colombia"
Vuelvo a tomar la pluma y la tinta, ya no para contar anécdotas del movimiento estudiantil, sino para expresar unas claridades que a mi juicio deben tener en cuenta quienes lideran las actuales movilizaciones.
Lo primero es decir que la movilización es plenamente legítima y necesaria y comparto las justas peticiones del movimiento. No creo que haya alguien con algún grado de sensatez que se atreva a decir que lo que piden es inadecuado.
Que sean incluidos en el proyecto de ley por el cual se fija el presupuesto general de la nación para el 2019, unos pesos de más para la educación superior, porque las 32 universidades públicas del país que conforman el sistema universitario estatal, se encuentran inviables sin esos recursos adicionales.
Los estudiantes agremiados en la Unión Nacional de Estudiantes de la Educación Superior UNEES, en su pliego nacional de exigencias solicitan 4,5 billones adicionales y los rectores reunidos en la asamblea del Sistema Universitario Estatal en Cartagena el 28 de septiembre piden 500.000 mil millones adicionales, para poder funcionar.
El gobierno del presidente Iván Duque por su parte ha hecho tímidos anuncios, el ultimo de aumentar en un billón que saldrán del presupuesto bienal de regalías.
Pero la movilización sigue (y debe seguir) hasta que Gobierno y Congreso asignen en el proyecto de ley las adiciones necesarias.
Aumentar los recursos para la vigencia 2019 es condición necesaria pero no suficiente para solucionar el problema de la educación superior en Colombia, toda vez que el problema más que coyuntural es estructural por la manera como está diseñado el esquema de financiación establecido en la ley 30 de 1992.
Este esquema, definido en el artículo 86 de la mencionada ley estableció que el presupuesto de las universidades aumentaría en precios constantes, es decir, con base en el índice de precios al consumidor IPC, lo que en español significa que no aumentarían y se mantendría congelados en el tiempo.
Pero al mismo tiempo que se congeló el presupuesto, se obliga a las Universidades a crecer, aumentando cobertura, vinculando más docentes a la planta, mejorando su formación, creando más grupos de investigación, abriendo nuevas sedes regionales, proyectándose internacionalmente, etc. lo que ha llevado por un lado a acumular un déficit que los rectores afirman es de 18,2 billones de pesos (3,2 de funcionamiento y 15 de inversión) y por el otro a buscar recursos propios aumentando matrículas y cobro de derechos académicos.
Consecuencia de todo esto, es el desbalance actual, debido a que mientras la cobertura aumentó de 159.218 estudiantes a 611.800 entre 1993 y 2016, es decir un 284 por ciento, el presupuesto en el mismo lapso pasó de 1,72 billones a 2,93 billones, es decir un 70 por ciento, lo que ha impactado en la asignación por estudiante. Mientras en 1992 el estado aportaba unos 10 millones por estudiante, actualmente el promedio esta alrededor de 4 millones. Y para el caso de nuestra Universidad del Magdalena según cifras del Rector Pablo Vera es de 2 millones doscientos mil por estudiante.
Por todo esto, a mi juicio el movimiento universitario no debe quedarse solo en la coyuntura de la adición presupuestal para 2019, sino que debe proyectarse en iniciar proceso de dialogo con todos los actores para una eventual reforma estructural de la educación superior en Colombia, que garantice la plena financiación de las universidades y poder avanzar a la calidad educativa tan necesaria para ser competitivos a nivel local y mundial. De no ser así debemos alistarnos todos los años para movilizarnos por la adición presupuestal de la próxima vigencia.