¡ES LA ECONOMÍA, ESTÚPIDO!
Aquí se trata es de asfixiarlas financieramente para que éstas, (...), se financien con recursos propios, cobrando matriculas más altas y derechos académicos, vendiendo bienes y servicios, haciendo que las actividades de investigación y extensión tengan fines comerciales de consecución de recursos y no de pertinencia social..."

The Economy Stupid, es la frase utilizada en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos de 1992, por el candidato del partido demócrata Bill Clinton. En ese entonces se enfrentaba al candidato republicano George Bush (padre) quien aspiraba a reelegirse, mostrando sus logros de política exterior en cuanto a la guerra fría y la primera guerra del golfo. Por lo que la estrategia de Clinton fue mostrarles a los ciudadanos que lo primordial en ese momento era la economía, adoptando la mencionada frase que lo llevó a quedarse con la Casa Blanca.
Con esa frase doy respuesta a la pregunta que ha estado en la mente de la comunidad universitaria por estos días: ¿por qué el Estado colombiano no tiene los recursos necesarios para la educación superior?
No hay plata porque nuestro modelo económico así lo quiere, que el Estado se vaya quitando poco a poco esa carga y las universidades busquen sus propios recursos.
Y es que el Estado edificado con la Constitución Política de 1991 así lo establece. Recordemos que esa Carta por un lado nos trajo el Estado Social de Derecho, ese modelo político que consiste en fortalecer servicios y garantizar derechos por el Estado. Esquema que se ha venido desmontando en las 46 reformas constitucionales realizadas en 26 años. Y por otro lado, nos trajo las formulas neoliberales del Consenso de Washington, consistente en que el Estado debe abandonar la prestación de servicios para dejárselos al mercado, que se encarga de asignar y distribuir los recursos y por ende de garantizar los derechos.
Nuestra historia constitucional de los últimos 26 años es la pugna de estas dos concepciones, Estado Social de Derecho vs Estado Neoliberal, pugna que va ganando con ventaja el segundo, y que tiene listo la estocada final para sepultar al primero: la reforma a la justicia que ponga límite a la acción de tutela.
Con un cuarto de siglo de vigencia del modelo económico ya podemos decir si ha funcionado o no. La salud privatizada con la ley 100 de 1993, creó un sistema del cual se dice que mata más gente que el conflicto armado. En cuanto a pensiones le da las utilidades a los fondos privados mientras el Estado se queda con los pensionados, asumiendo un pasivo de 40 billones de pesos que hoy tiene en jaque al fisco colombiano. En servicios públicos domiciliarios, ley 142 de 1994 trajo la privatización de estos, y hoy lo que podemos decir es que unos de los hashtags preferidos por nosotros los costeños es #EletricaribeCV por su mal servicio y altas tarifas. Y así podemos continuar con una lista de ejemplos hasta llegar a la educación superior regulada con la ley 30 de 1992.
En mi columna anterior expliqué como se congeló el presupuesto de las 32 universidades públicas del país que hoy están en crisis financiera. Ahora explicaré como se está políticamente comprometido con un modelo económico que no busca resolver el problema financiero, sino mantenerlo.
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La privatización de la educación superior se estipuló de forma diferente a los otros sectores. Aquí no se trata de venderles universidades del Estado a los privados, no. Aquí se trata es de asfixiarlas financieramente para que éstas, si no quieren desaparecer, se financien con recursos propios, cobrando matriculas más altas y derechos académicos, vendiendo bienes y servicios, haciendo que las actividades de investigación y extensión tengan fines comerciales de consecución de recursos y no de pertinencia social, entre otras medidas que no son otra cosa que la privatización.
Las universidades públicas siguen siendo entes estatales en el papel, pero privadas en la práctica. Ahora que están de moda las mujeres atrapadas en cuerpos de hombres como la Miss España, para este caso sería universidades privadas atrapadas en entes universitarios estatales.
Por otro lado, se adopta el modelo de subsidio a la demanda, que consiste que los pocos recursos que se destinan en el presupuesto general de la nación para educación superior, no se giran a las Universidades, sino que se entregan vía créditos ICETEX, los cuales en la mayoría de los casos terminan financiando las Universidades privadas. El modelo ser pilo paga que hoy el gobierno de Duque convierte en el programa Generación E, son basados en la misma lógica de financiar la demanda.
Por ende, vemos que el presupuesto general de la nación 2019 aprobado en días pasados por el Congreso de la República, de los 258,9 billones solo 4,4 van a educación superior. Aquí ya sumada la reasignación del medio billón conquistada en las movilizaciones. Pero gran parte de ese recurso no ingresa a las universidades, sino que se van a los créditos del ICETEX y el nuevo programa Generación E, es decir financiación de la demanda, recursos que terminan en las universidades privadas.
Así las cosas, lo que tenemos en Colombia es un modelo económico que no pretende financiar universidades adecuadamente, sino asfixiarlas económicamente para que estas se privaticen. Y en esa medida, no prioriza la asignación de recursos hacia este sector. Y los pocos que asigna lo hacen con el modelo del subsidio privatizado, es decir que termina financiando con recursos público los actores privados.
Por lo que cuando me pregunta por qué no hay plata para la educación superior en Colombia, respondo: ¡es la economía, estúpido!